Han pasado varios meses y tengo vivo el recuerdo de mi viaje familiar al Cusco. Fue el paseo perfecto, todo se dio de la misma manera como un día me lo imaginé, que incluía la foto postal de Macchupichu con toda mi familia.
Pero este no es el único sueño que vivo despierta, mi trabajo actual, también es parte de un sueño hecho realidad.
Soy feliz, disfruto cada día junto a mis hijos, verlos en su nuevo colegio, con nuevos amigos y con nueva casa.
A pesar de todo, hay un vacío en mi corazón y casi sin pensarlo siento que:
No quiero que mi vida sea una rutina, odio la rutina...todos los días lo mismo... me levanto a la misma hora, hago lo mismo, visito los mismos lugares, veo a la misma gente... y derrepente, me refugio en mis recuerdos de mi viaje a Cusco, disfruto los momentos que vivo en mi actual trabajo......
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