|
Es esta historia de pasiones llevadas hasta las últimas consecuencias, que en este fin de siglo sólo son verdaderamente últimas para el hombre sentimental, que parece ser el artista o el pensador, pero que tal vez sea, por el contrario, el hombre de negocios, el hombre de acción.
En este libro, que contiene una declaración de amor gravemente encendida, el autor no ha renunciado a la ironía, a la leve burla implícita de sus héroes, a los que no puede evitar tomarse muy en serio y algo a broma al mismo tiempo, mientras el ritmo se acelera progresivamente hasta un inesperado desenlace.
ILVIN
"Javier Marías ha escrito una excelente novela. Sutil en los análisis psicológicos, preciosista en su desarrollo, insospechada en su final. He pensado -pienso- en Proust y Unamuno."
MANUEL ALVAR, ABC
La manera íntima en que esto se lleva a cabo ha hecho pensar que el arte del
narrador es como un personaje simbólico que sirviera para hacernos vivir lo que
el protagonista está experimentando, y que poco tendría que ver en una novela de
acción. Javier Marías está en lo cierto: su relato es una experiencia de la
vida, pero organizada de manera, que poco a poco, va explicando el procedimiento
seguido por el narrador, como si de una novela policiaca se tratara, y, al fin,
aquí tenemos una segunda parte de la historia en la que los resultados parecen
extraídos de una novela de ese tipo, pues tantas pueden ser sus afinidades, y,
sobre todo, la inesperada terminación. Lo más ajeno a una literatura de tópicos
es esta búsqueda de una fórmula que justifique la falta de fórmulas, con lo que
nos hace llegar a la situación definitiva del lector, que, ante el libro, ha
estado vacilando hasta leer lo sorprendente del resultado.
Manuel Alvar
ABC, BLANCO Y NEGRO
5 marzo 1995
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario